Ñimin, Dibujo de la Tierra

Nuestros tejidos son el registro de nuestra resistencia, donde quiera que nos encontremos. De pie sobre esta tierra que heredamos y bajo el cielo con sus estrellas, las descendientes del bosque nativo, de la montaña, del río, de las piedras, de los pájaros, zorros y felinos, hemos teñido desde siempre las hebras del sentido con los colores que nos regalan los cuatro lugares de la tierra.

Defendemos por eso con fuerza el verde, el azul, el rojo, el naranjo, el fucsia, negro y blanco para así honrrar a nuestros muertos y seguir tejiendo la vida, el futuro de nuestra descendencia.

Con voluntad, ternura y alegría, nuestras manos dibujan en el telar el amor que sentimos por nuestra gente.

A través de los textiles estamos siempre a punto de tocar a la primera araña, a la primera estrella, a la primera piedra, a la primera mujer que parió un hilo con tanta fuerza como las mujeres que tienen partos para alumbrar la vida, el tiempo, la historia, la identidad y esta resistencia que queremos compartir con el despertar de sus corazones y pensamientos en torno a la mirada de lo Mapuche.

Por esto, nuestro trabajo está dedicado a nuestros weichafe, a nuestros niños y niñas mapuche y a ustedes para que observen en nuestros textiles la presencia de la justicia y sepan que es posible y necesario ejercerla en nuestra vida cotidiana.

Los Mapuche estamos aquí, siempre hemos estado en este territorio y alimentados por la enredadera de la vida permaneceremos aquí con todo porque somos gente de la tierra.

Fuerza en los partos, sabiduría en la medicina, paz en el amor, sentimiento en el tejido, fuerza en la recuperación del territorio, buen amanecer!!.

Marrichiweu, marrichiweu!!
Loreto Millalén